El pasado 5 de julio, la imponente imagen del Cristo del Amor, cumplía su trigésimo primer aniversario desde que fuera bendecida.
Como es norma estatutaria, los solemnes cultos en su honor, se hacen coincidir con la Función Principal de la cofradía, donde también fueron recibidos los nuevos hermanos que así lo solicitaron, imponiéndoles la medalla corporativa.
Con estas premisas se preparó el altar de cultos en la capilla de la cofradía en San Francisco. Un altar bellamente adornado con ánforas con claveles morados, helechos y erymgium, bandejas plateadas, un Niño Dios a los pies de la cruz, y como novedad, parte de la candelería del trono de la Virgen de la Caridad, formaron la parte lumínica del altar.
Después de rezar el Santo Rosario y a las ocho de la tarde, el director espiritual de la cofradía, fray Salvador Jiménez Durán, comenzó una Eucaristía repleta de detalles franciscanos ante una iglesia totalmente repleta a pesar de las fecha veraniega de encuentro. Nos acompañaron los hermanos mayores del resto de cofradías franciscanas, así como del Señor Presidente de la Agrupación de Cofradias veleña, Don Rafael Moreno Quintano.
Una vez proclamada la acción de gracias por parte de nuestra hermana mayor, Doña Ana María Rodríguez Jiménez, y tras la finalización de la Santa Misa, comenzó el acto de ingreso de los nuevos hermanos.
En esta ocasión han sido más de treinta la personas solicitantes, destacando la juventud de las mismas y la presencia de niños y bebés a la nómina de hermanos.
Una vez bendecidas las medallas, fray Salvador fue imponiéndoselas a todos y a cada uno de ellos, finalizando la jornada en la capilla de la cofradía rezando al Cristo del Amor y cantándole la Salve a su Madre de la Caridad.