Como es natural, la vida en las hermandades y cofradías también se han visto afectadas, y de que manera, por la Covid 19, las celebraciones públicas se han tenido que suprimir para evitar contagios, y solo Dios sabe cuando volveremos a ver un trono o unas simples andas, procesionando por las calles.
Con estas premisas, y siendo responsables ante todo esto que nos afecta, el pasado mes de agosto, la junta de gobierno de la cofradía, aprobó realizar por primera vez, el tradicional Rosario de la Aurora presidido por la Virgen de la Caridad, para festejar la festividad del Dulce Nombre de María el segundo Domingo de Septiembre, en nuestra sede canónica, más exactamente en nuestra capilla franciscana.
Tras más de 30 años ininterrumpidos donde nuestra Sagrada Titular ha procesionado en amaneceres veleños por las calles de la feligresía de San Francisco, en esta ocasión, no fue posible realizar el rezo del rosario de la forma y manera acostumbrada.
No por ello, podíamos dejar de celebrar una de los cultos más importantes que tiene nuestra cofradía, y un acto que es para muchos, el comienzo del curso cofrade en nuestra ciudad.
Para ello, preparamos la capilla de forma sublime, engalanándola para la ocasión con flores, doseles, ramilletes, candelabros etc. todo para que el sábado 12 de septiembre, nuestra Virgen de la Caridad presidiera la capilla desde su peana procesional, por su festividad, y recibiera durante toda la jornada de veneración de su devotos.
Lucia la Santísima Virgen para la ocasión su saya y corona de salida, como así un bello manto de terciopelo burdeos regalo de sus devotos. Así mismo, también se colocó en su fajín la medalla de nuestra ciudad, regalo de un hermano, que fue concejal de la corporación veleña, y el escudo de oro de Vélez-Málaga que se le otorgara a nuestra banda de cornetas y tambores, y que está gentilmente regaló a la Virgen.
Así llegamos al Domingo 13 de septiembre y poco después de las ocho de la mañana, la iglesia conventual de San Francisco se comenzaba a llenar de devotos, hermanos y amigos para acompañar a la Virgen, En todo momento se mantuvieron las medidas de distanciamiento y seguridad perceptivas.
Nuestra hermana y actual Albacea de Cultos, Mari Conchi Acuña, como cada segundo Domingo de septiembre, desde hace 33 años, comenzó con el rezo del Santo Rosario desde nuestra capilla, un rosario que se ofreció por los fallecidos por y durante la pandemia.
Una vez finalizada la "letanía lauretana" y por ende el rosario, comenzamos con la celebración eucarística, presidida por nuestro director espiritual fray Salvador Jiménez Durán, que estuvo acompañado por los cánticos de nuestra hermanas del coro.
Nuestro cada vez más joven equipo de liturgia, organizó brillantemente todo el ceremonial, donde fuimos acompañados por el Señor Presidente de la Agrupación de Cofradías de Vélez-Málaga y numerosos hermanos.Fray Salvador nos recordó lo importante que es servir y no ser servido, y nos pidió que nunca dejáramos de ser una gran familia. Tras las palabras de nuestro hermano mayor, agradeciendo la presencia de todos y con el canto de la "Salve a la Virgen de la Caridad" finalizamos un fin de semana en que nos dimos cuenta que no es imprescindible salir a la calle en procesión para dar muestra de devoción a la Virgen María.