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"En 1972 un grupo de niños de la Plaza de las Indias, encontraban en el desván de San Francisco la imagen abandonada de una Virgen y comenzaron a reorganizar a la Cofradía de la Caridad. Tenían gran ilusión, muchísima fe, cantidades inestimables de ganas de trabajar, pero carecían como es natural, de todo lo necesario en los principios de una hermandad.
Primera caseta |
Todo era poco para recaudar fondos; primero para volver a poner al culto a su virgencita, y después para poder sacarla en procesión. Así que, ese mismo año, en el parque “Calvo Sotelo,” actual parque de Andalucía, los jóvenes de esta Hermandad montaban la que sería su primera caseta de feria en la Veladilla de Carmen.
Esa primera caseta, realizada con más ilusión que medios, resultó un rotundo éxito, allí y entre otras bebidas los nóveles camareros preparaban los clásicos combinados de la época como los “lugumba” con brandy 103 y Colemas de chocolates o los “Destornilladores” a base de vodka y Mirindas de naranja. Aparte de la multitud de comidas traídas en su mayoría por las madres de esos aspirantes a cofrades y que se ofrecían a todos los visitantes y amigos.
Elección de "Miss Caridad" |
A partir de ahí, la caseta fue creciendo, y ya en las posteriores ferias de fue completando con farolillos de colores, cortinas de lunares, e incluso la rueda de una carro de mulas, con lo que la caseta de la Caridad cumplía con las más tradicionales fundamentos feriales.
Destacable es también de que en esos primeros años de feria, se contrataba por la cofradía, grupos musicales para amenizar las noches veraniegas. Así que desde Algarrobo el conjunto los “Pepes”, o los veleños, “Amistad 70”, llenaron de buena música ye-ye aquellas inolvidables veladas.
Caseta de la Estación |
Años 80 |
Ya en los ochenta se trasladó la feria a la explanada de la Estación con caseta de obra, lo que supuso un gran avance para el relanzamiento de la feria de San Miguel. Al principio de estrenar la nueva caseta, el suelo era de terrizo, hasta que en los noventa se realizó una brillante reforma de la misma, techando toda la zona de la barra y cocina, y solando con mazaríes de barro veleño toda la caseta, algo que años después nos dio algún problema, ya que se había plantado un ficus en la calle cerca de la caseta, y cuando empezó a crecer, lo hicieron también sus raíces, que levantaban parte de la solería interior. Por lo que todos los años, había que arreglar el desaguisado creado por el “arbolito”.
Los primeros años de la feria de día, la cofradía no participó, ya que no contábamos con un sitio idóneo para montar barra en el centro. Fue gracias a la generosidad de Doña Dolores Delgado, que nos cedió un local situado en pleno Pasaje Montera, donde nos bautizamos en la feria de día de San Miguel.
Los primeros años de esta nueva época, hacíamos turno continuo; primero en el centro y del tirón nos íbamos a la caseta de la Estación para la feria de noche, lo que producía que llegáramos a los últimos días sin fuerzas, sin voz y agotados.
Más tarde, los músicos de nuestra banda de cornetas y tambores se encargaron de hacer la feria en la caseta del Real, por lo que el resto de la cofradía hacía la feria de día en el referido pasaje Montera.
Fue en ese lugar donde se creó, a mediados de los años 90, la bebida exclusiva de la cofradía, “El Descendimiento” elixir refrescante a la par que digestivo, que todavía, veinte años después, se puede saborear en la caseta de la hermandad.
En el pasaje Montera también comenzó la tradición de la rifa de un cochinillo, animal que todos los años donaba el recordado Pepe Espejo para tal fin. Aunque hay que confesar que en alguna ocasión no apareció el agraciado a recoger su premio, por lo que la cofradía se encargaba de criar el cochinillo y ponerlo bien hermoso para después disfrutar de sus apetitosas carnes, que como se dice; del cerdo me gustan hasta los andares.
Entrada de la caseta en la actualidad |
Ya en esta centuria, la caseta del Amor y la Caridad se trasladó a la antigua calle “La matanza”, actual José Méndez Hoyos. Allí, en una vieja casa que había adquirido nuestro hermano Francisco Ruíz, montamos la feria. Primero en el interior de la vivienda, que tenía un gran patio interior y grandes habitaciones, por lo que incluso, pudimos poner salones reservados y mesas por toda la casa.
Años después, se derruyó esa vieja casa, y se realizó un edificio de viviendas. Pero nuestro hermano Paco Ruíz se quedó con el local de la planta baja, y desde entonces, gentilmente nos lo cede para instalar allí la cocina de nuestra caseta, que como todos saben, ya ocupa media calle Méndez Hoyos, gracias a la amabilidad y comprensión de sus vecinos, que nos permiten montar mesas y sillas en toda su calzada, creando junto con la sombra de los toldos colocados por la cofradía un microclima ideal para saborear los platos de nuestra carta.
Carta que aparte de los tradicionales callos, berzas, suculentas paellas, migas etc. se puede deleitar el paladar del visitante con nuestros exclusivos platos; “Amor y Caridad”, carne a la “Moruna” o magro a la “Vaquera” y completar la jornada ferial con reconfortantes cafés y los genuinos mostachones veleños.
Ambiente San Miguel 2013 |
Por último, queremos aprovechar este espacio para agradecer a todas las personas que de alguna u otra manera, pusieron lo mejor de cada uno de ellos, durante estos más de cuarenta año de ferias en la cofradía, para que a día de hoy la Caseta del Amor y la Caridad, sigua siendo el mejor de los restaurantes para disfrutar de nuestra gastronomía, exclusiva terraza de vespertinas tertulias y punto de encuentro de "carideños" sentimientos."
Libro Real Feria de San Miguel 2014